Sal al paso
al peón desobediente,
no vaya a
soñar conseguir su meta
de acabar la
carrera y, de una treta,
cambiarse por
“un pieza” más pudiente.
Con sotana de
obispo y en volandas
pasea el alfil
por La Diagonal.
Enséñale
verdadera moral,
mientras la
torre sube por la banda.
Detén al
potro ebrio haciendo eles.
La reina no
es tan valiosa y me huele
que habría
que bañarla en fuego griego.
Cambiemos las
reglas si nos conviene:
si le dan
jaque mate al rey, no tiene
porqué darse
por terminado el juego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario