jueves, 27 de febrero de 2014

Jaque mate

Sal al paso al peón desobediente,
no vaya a soñar conseguir su meta
de acabar la carrera y, de una treta,
cambiarse por “un pieza” más pudiente.

Con sotana de obispo y en volandas
pasea el alfil por La Diagonal.
Enséñale verdadera moral,
mientras la torre sube por la banda.

Detén al potro ebrio haciendo eles.
La reina no es tan valiosa y me huele
que habría que bañarla en fuego griego.

Cambiemos las reglas si nos conviene:
si le dan jaque mate al rey, no tiene
porqué darse por terminado el juego.

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